miércoles, 12 de agosto de 2009

Compañeros,

En esta hora nadie está libre de hacer historia. Todos nosotros, comprometidos con el sueño de Bolívar, con la gloria del pueblo de Venezuela, con la valentía eterna de nuestros indígenas, estamos en el deber de sembrar la revolución. Sembrarla en nuestros corazones, en las comunidades que pisamos, en el camino a casa, en el trabajo. En este momento, nos jugamos la historia y el compromiso ha de hacerse con el hoy, con el mañana. Con el dicho y con el hecho. Con todos.

Por eso, nosotros, provenientes de distintos sectores de Juana de Ávila: de San Jacinto, de Ziruma, de las Tarabas, de la Trinidad, del Naranjal, de Villa Delicias y otros puntos, hemos decidido dar desde lo que sabemos hacer, de lo que somos, un despertar a la Parroquia. No estamos dirigiéndonos a ustedes en medio de una campaña política, sino en el camino de construir la revolución. No los llamamos a votar, los llamamos a construir. No les pedimos que se aparten, sino trabajar con ustedes y los que aún no llegan.

Sabemos que antes de nosotros ha habido personas incansables queriendo hacer de este espacio un lugar mejor, que Ziruma reúne el pueblo wuayüu, orgulloso y trabajador, que en la Trinidad vienen años de luchas porque el Inavi sea un espacio para todos, que se han sumado y se han separado del trabajo muchas personas. Que aquí, domina la oposición y los camaradas duermen pero también sabemos que en el corazón de muchos, los presentes y los que queremos que vengan vive la voz del Comandante, de Ernesto, de Simón, de Alí.

Soñamos y queremos trabajar porque Juana de Ávila deje de ser una parroquia atascada sobre ella misma, con puertas cerradas de miedo a la inseguridad, con discrimaciones evidentes entre sector y sector, de rencillas políticas, de calles mal trazadas, de plazas olvidadas. Queremos que se construya la Comuna, desde el corazón de ustedes. Que las plazas sean de todos. Los llamamos a la memoria de lo que aquí ocurrió antes. En este, el antiguo Hato Juana de Ávila se firmó para siempre la libertad de Venezuela. Sepámoslo y con corazón liberador e independentista valoremos esta tierra. Sepamos que Juana de Ávila sirvió de sustento a los hermanos que vinieron huyendo de las grandes sequías, que en el medio de la comunidad de la Trinidad duerme olvidado de la gente un maravilloso espacio que esconde zonas verdes y piscinas. Sepamos que perdimos el Centro del Poder Popular por no fortalecernos y caminemos brazo a brazo, sudor a sudor el camino de la unión.

Nosotros sabemos que Bolívar ha vuelto a liberar al pueblo, que Cristo resucitó, pero ambos lo han hecho en el corazón de los revolucionarios y la revolución no es decir, es hacer. No esperar que otros nos traicionen, sino no traicionarnos a nosotros mismos por pereza u olvido es lo que nos debemos como pueblo.

Les ofrecemos entonces, sólo lo que podemos dar, ganas de cambiar esta parroquia, la puerta para el debate de las ideas, nuestra poca experiencia, nuestro cuatro y canción, nuestras películas, nuestro recorrer cotidiano, nuestras pancartas y los invitamos a unirse no de palabra, sino de corazón y de hecho, a la revolución.

Por una Parroquia Socialista
Los llamamos a la activación.

Juventud Unida de Juana de Ávila,

En los jóvenes será eterna la revolución
Y en los revolucionarios será eterna la juventud.

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